7 de mayo de 2013

ORDENACIÓN 2012 Mensaje #03


ORDENACIÓN 2012
Mensaje #03
El Instrumento que Trilla de Dios

Les traigo saludos a ustedes en la Red Apostólica PUEBLO en el nombre de Jesucristo. Cada año el
crecimiento que Dios nos da en la Red me asombra por medio de las buenas obras cumplidas de ustedes. Su
dedicación y su determinación para hacer este arduo trabajo han cosechado una gran recompensa en el reino
de Dios y me han inspirado muchísimo. Cada año podemos decir que hemos alcanzado más comunidades que
no han oído el evangelio antes y que hemos cosechado más almas para el Reino de Dios.
Doy gracias a Dios que la mayoría de los pastores y los líderes en esta Red han cumplido con el arduo
trabajo este año para llegar a ser líderes mejores y más fuertes para la gloria de Dios. Personalmente doy
gracias a ustedes por su cooperación. Es con mucha humildad que estoy aquí en su presencia pues ustedes son
unos gigantes de la fe. Cada uno de ustedes es extremadamente importante para mí, para el pastor Waldo y
para la Red.
Mi mensaje para ustedes hoy es del libro de Isaías. En el libro de Isaías hay un grupo de mensajes que
se llama, “las canciones de los sirvientes”. El título de mi mensaje es, “El Instrumento que Trilla de Dios”
Estas canciones se dividen en tres tipos dependiendo de su contexto. El profeta Isaías menciona tres

sirvientes del Señor. ¿Quiénes son estos sirvientes?
Primeramente es Israel. Dios llamó a Israel para ser Su sirviente pero Israel falló.
Dios llamó al rey David para ser Su sirviente.
Y finalmente está el Mesías Jesucristo, el máximo sirviente de Jehová.
¿Cómo se relacionan estos mensajes de los sirvientes con nosotros en la actualidad? Como seguidores de
Jesucristo tenemos el mismo llamado de Dios para ser los sirvientes de Cristo. En la Red Apostólica PUEBLO
consideramos este llamado seriamente.

Encuentre Isaías cuarenta y uno, los versículos ocho a catorce.
“8 Pero tú, Israel, siervo mío eres; tú, Jacob, a quien yo escogí, descendencia de Abraham mi amigo.  9 Porque te deseché te serán los que tienen contienda contigo, y no los hallarás; serán como nada, y como cosa que no es, aquellos que te hacen yo te ayudo. 14 No temas, gusano de Jacob…”

Note que Dios llamó a los israelitas para ser los sirvientes de Jehová. Les dio todas las cosas que
necesitaban para tener éxito. Sin embargo, ellos le dieron la espalda a Dios y le fallaron por completo. Por lo
tanto, Dios les llama “gusano de Jacob” en el versículo catorce.

Recuerde que en el libro de Génesis Dios cambió el nombre de Jacob a Israel. Jacob era un engañador y
un rebelde contra su propia familia y contra Dios. Entonces Jacob tuvo un encuentro milagroso con Dios y Dios cambió su carácter y le dio el nuevo nombre, Israel. En la Biblia, cuando Dios usa el nombre de Jacob en lugar del nombre Israel, es porque ellos están caminando en la naturaleza de la carne y no están caminando en la naturaleza nueva del Espíritu. Las acciones de su pueblo son como las de Jacob el engañador y rebelde en lugar de Israel, el hombre nuevo.
¿Por qué Israel le falló a Dios cuando tenía la presencia de Dios, las bendiciones de Dios y la protección
de Dios? Israel falló como el sirviente de Dios debido a que no mantenía la Visión que Dios les dio. Su visión era ser la luz espiritual para los gentiles. Ellos cambiaron esa luz por el odio a los gentiles. Cuando un sirviente cambia su visión de ser una luz espiritual para seguir la naturaleza de la carne, esa luz llega a ser la oscuridad del odio. Doy gracias a Dios porque ningún sirviente de Dios aquí ha hecho eso.
Vamos a continuar leyendo en Isaías cuarenta y uno, los versículo catorce a dieciséis:

“14 No temas, gusano de Jacob, oh vosotros los pocos de Israel; yo soy tu socorro, dice Jehová; el Santo de Israel y torbellino;

Dios escogió a su Hijo, Jesucristo, el Santo de Israel para ser Su sirviente. En Jesucristo, Dios nos
escogió para ser los sirvientes de Jesucristo. De la misma manera como Dios llamó a Israel, nos ha llamado a para ser la luz al mundo. Y nos llamó para ser los pastores en esta Red para ser sirvientes de la luz y la Visión.
Dios llamó a Israel para llevar fielmente la Palabra de Dios a la gente en oscuridad espiritual y a la gente que
no había oído el evangelio de Jesucristo. Dios prometió que Él no abandonará a Israel de la misma manera que prometió que no nos abandonará. Dios prometió ayudar y fortalecer a Israel y por medio del poder del Espíritu Santo nos ha prometido darnos ayuda y fortaleza. Estamos en la mano de Dios y Él nos prometió sostenernos.
Este capítulo de Isaías nos dice que algunas personas vendrán en contra de nosotros como el enemigo
estaba en contra de Israel. Pero ellos se convertirán en nada en contraste con lo que Dios hará por medio de
nosotros. Por lo tanto, Dios dice a nosotros, “No teman, voy a ayudarles”. Por lo tanto, aunque algunos pocos nos abandonan para irse por un camino diferente, nosotros vamos a seguir la dirección de Dios y la visión de Dios como sirvientes fieles a Él.
Jesucristo dijo en Juan el capítulo cuatro, el versículo cuarenta y cinco, “…He aquí os digo: Alzad
vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para la siega.”
Debido a que trabajamos en los campos de cosecha de este mundo para cosechar almas para el Reino
de Dios, Isaías dice que Dios nos convierte en un trillo nuevo afilado con dientes. La Palabra de Dios es ese
instrumento afilado que trilla. Hebreos el capítulo cuatro, el versículo doce nos dice, “Porque la palabra de
Dios espíritu…”
Cuando predicamos la Palabra verdadera de Dios, el Espíritu Santo lleva esa palabra y la afila como un
instrumento que trilla para cosechar las almas. Es por eso que no debemos abandonar la Palabra Verdadera de Dios en nuestras predicaciones y en nuestras enseñanzas. Debemos usar el instrumento afilado de Dios para levantar esta gran cosecha.
Ya estamos en los días postreros antes que Cristo venga nuevamente a esta tierra. El tiempo es corto.
La cosecha de las almas es grande. Note que Isaías nos dice en el versículo quince exactamente a donde
debemos ir para levantar esta cosecha, “trillarás montes y los molerás, y collados”.
Las Sierras son sus montañas inmediatas. Estas montañas son altas, escabrosas, difíciles y peligrosas,
como muchos de ustedes lo saben. Pero Dios dice, “No temas, voy a ayudarte”. ¿Nos ha ayudado Dios en estos últimos siete años? Sí. Dios continúa dándonos a personas como Josué, Daniel, y David en la Biblia que tienen el coraje de Jehová para confiar en la promesa de Dios. Dios va seguir dándonos personas como Pablo que pondrán su vida en riesgo por el evangelio para alcanzar las cimas de esas montañas sin importar el costo.
Yo me presento hoy humildemente entre de ustedes en esta congregación de gigantes de la fe. Me
siento muy honrada ante su determinación para cumplir lo que Dios nos ha llamado a hacer, muchas veces
enfrentando un gran peligro físico. Escucho de sus grandes luchas y sus desafíos. Escucho sobre su coraje, su afán y su determinación. Agradezco a Dios por tenerlos con nosotros. Ustedes son los gigantes de la fe y estoy honrada de estar de pie sobre los hombros de gigantes como ustedes. Gracias a Dios por lo siervos fieles.
La mano de Dios está sobre ustedes a medida que ustedes usan el instrumento agudo de Dios para
trillar la cosecha para la gloria de Él. Si usted abandona el verdadero evangelio por el orgullo o el pecado, los dientes de su instrumento de trillar llegarán a ser inútiles para la cosecha. Si usted abandona el evangelio
verdadero por la doctrina que se ha torcido en algo falso como algunas personas lo han hecho, usted trillará
con un instrumento que no tiene dientes. Es como un viejo que trata de masticar carne con las encías sin
dientes.
Dios dice en el versículo diez, “porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te
sustentaré con la diestra de mi justicia.”  Si usted abandona la cosecha a cambio del dinero como otros lo han hecho su prioridad, o si su vida no demuestra la integridad de la justicia como un modelo a los demás, usted caerá en la corrupción y la mano de la justicia de Dios no lo sostendrá. Tampoco nosotros como los líderes de la Red Apostólica Pueblo estaremos con usted en la corrupción. Esta batalla espiritual es demasiado importante para poner de lado nuestra integridad espiritual y la verdad de la Palabra de Dios.
Gracias a Dios estoy persuadida de que nuestros pastores que todavía están con nosotros, incluyendo a
los pastores que hoy ordenamos, son gigantes activos de la fe que se mueven hacia la marca del alto llamado
de Dios. Estoy orgullosa como un padre de estar aquí con ustedes.

Mi trabajo entre ustedes está en el versículo dieciséis. Debo avivar el fuego para darles el fundamento
de la Palabra de Dios y para animarles de manera que el viento del Espíritu Santo sople fuertemente entre de
ustedes y para que el poder del viento del Espíritu Santo los disperse a ustedes en las montañas. ¿Puede verlo?
Este es el plan y el propósito de la Red Apostólica PUEBLO. Debemos entrenarlos y entonces ustedes podrán entrenar a los demás, que a su vez entrenarán a los demás en las montañas más altas para esparcir la Palabra de Dios como semillas plantadas sobre todas las montañas.
Cuando ordenamos a los pastores que han cumplido el entrenamiento, tenemos esta visión en mente:
un pastor debe entrenar a los demás para edificar un ejército de Dios para extender el reino de Dios. Animo
especialmente a los pastores mayores para que entrenen a los pastores menores. Ellos son nuestro futuro.
Necesitamos jóvenes muy fuertes que tienen la fuerza y el coraje para vivir para la verdad en este mundo en
donde aumenta lo malo. En un mundo donde muchos jóvenes están viajando por el camino a la destrucción.
Desafío a los jóvenes para una vida como siervos de Jesucristo. No hay nada más emocionante que ver a Dios abrir las puertas frente a usted que sólo Dios puede abrir. No hay nada más emocionante que ver cómo Dios le da la fuerza en los momentos de peligro y de gran debilidad. No hay nada más emocionante que ver a Dios hacer milagros a través de usted los que darán testimonio para toda la eternidad de que Dios verdaderamente está con usted. Los gigantes de la fe aquí y ahora pueden testificar de estas cosas emocionantes. Desafío a los jóvenes entre ustedes para tomar el instrumento de trillar y cosechar los campos en las montañas y en los valles. Empiecen por permitir que sus pastores mayores los entrenen en la Palabra de Dios para prepararlos para la cosecha. La vida es demasiado corta para malgastarla en las lujurias de la carne. Ya estamos en los días postreros y todavía la cosecha es grande.
Con los ojos puestos en la meta como el apóstol Pablo que dijo, “prosigo a la meta, al premio del
supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.” Recuerde lo que Dios dijo en Isaías, “porque yo soy tu Dios
que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.”  La victoria es suya.
Dios espera que tome las fuerzas para seguir adelante.

Dios les bendiga a todos.

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