Agosto
2Pedro 1:3-7
“Como todas las cosas que pertenecen a la vida y
a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de
aquel que nos llamó por su gloria y excelencia, 4 por medio de las cuales nos ha dado preciosas
y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la
naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa
de la concupiscencia; 5 vosotros también, poniendo toda diligencia
por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; 6 al
conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia,
piedad; 7
a la piedad, afecto fraternal;
y al afecto fraternal, amor.”
Ahora
que casi hemos cubierto todas las cualidades del carácter en 2Pedro 1:3-7
durante este año, hemos llegado al lugar donde debemos poner las cosas que
hemos aprendido en acción.
No es suficiente para enfocarse en
sí mismos. No debemos quedar contentos con lo que Dios ha hecho en nosotros
para nuestro propio beneficio sin cumplir la razón por la que Dios nos llamó la
primera vez. Nos llamó para hacer la voluntad de Él y para cumplir el plan de
Él. Usted puede ver que frecuentemente olvidamos, que parte del plan de Dios es
para cambiar nuestro carácter para ser más como Cristo. Ahora que hemos visto
que Él puede hacerlo, estamos listos para la próxima parte del plan de Dios.
La Biblia nos dice que cuando Cristo
nos cambia por dentro, siempre Él trabaja para hacernos una nueva persona y que
otras personas pueden ver nuestras obras buenas.
Ef 2:10
“Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.”
“Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.”
2Ti 3:17
“a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.”
“a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.”
Las
buenas obras son una manifestación exterior del nuevo carácter dentro de la
persona. Es la
manifestación exterior de lo
que la Biblia llama el fruto del Espíritu Santo. (Ga 5;22-23)
Muchos cristianos hacen el plan al revés. Tratan de
cambiar su propio carácter y hacen las buenas obras en su propia fuerza se
olvidan de cambiar su caracter y se involucran en las obras buenas. Nuestras
propias obras son como los harapos mugrientos y nuestros esfuerzos son
insuficientes.
Tit 1:16
“Profesan conocer a Dios, pero con los hechos lo niegan, siendo abominables y rebeldes, reprobados en cuanto a toda buena obra.”
“Profesan conocer a Dios, pero con los hechos lo niegan, siendo abominables y rebeldes, reprobados en cuanto a toda buena obra.”
Si nuestras acciones no son controladas por el Espíritu
Santo para hacer las buenas obras que el Espíritu Santo inicia y vigoriza, son
obras muertas y no producen nada. Por esta razón hemos pasado muchos meses para
desarrollar nuestro carácter. Ahora tenemos la capacidad para hacer las buenas
obras que Dios ha planeado.
Tit 3:8
“Palabra fiel es esta, y en estas cosas quiero que insistas con firmeza, para que los que creen en Dios procuren ocuparse en buenas obras. Estas cosas son buenas y útiles a los hombres. “
“Palabra fiel es esta, y en estas cosas quiero que insistas con firmeza, para que los que creen en Dios procuren ocuparse en buenas obras. Estas cosas son buenas y útiles a los hombres. “
Stg 3:13
“¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre. “
“¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre. “
En este versículo la palabra “conducta” se
refiere al estilo de la vida. En otras palabras, del hábito practicado de su
vida, la persona demostrará el amor cuando hace las buenas obras especialmente
para cumplir las necesidades de los otros creyentes en Jesucristo.
Las buenas obras que Dios quiere que hagamos están en la
categoría de “afecto fraternal” en nuestro pasaje principal de 2P 1:3-7. El
afecto fraternal es para hacer la cosa correcta en el amor para nuestro hermano
en Cristo. Como aprendimos el mes pasado cuando practicamos la presencia de
Cristo, llegamos a enterarnos que Cristo siempre está con nosotros en un
sentimiento verdadero. Como usted sabe muy bien, si Cristo estaba presente
físicamente, no estaría inactivo. Estaría cumpliendo las necesidades de la
gente, enseñando, y ministrando a los
demás. Este es el plan de Dios.
Para ayudarle a mantener fielmente el progreso como usted
lo ha hecho en estos meses anteriores,
solicito que mantenga un archivo de todas las buenas obras que el Espíritu
Santo obre a trabes de usted. Recuerde que una buena obra es una obra iniciada
y energizada por el Espíritu Santo.
Las bendiciones de Dios sobre todos ustedes,
En el nombre de Jesucristo,
Joyce Schmedel,
Administradora para la Red
Apostólica P.U.E.B.L.O.
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