27 de diciembre de 2014

Los Misterios del Reino El Misterio #09



El Misterio de Cristo que Vive en Nosotros

Hay tres misterios en la última categoría que nos hablan acerca de la obra de Jesucristo.
El misterio que quiero compartirles es el Misterio de Cristo que Vive en Nosotros.
Podemos encontrar la palabra “misterio” en el Nuevo Testamento. La palabra “misterio” en la Biblia tiene un significado especial. Significa algún concepto que podemos ver una sombra vaga en el Antiguo Testamento pero no está revelado hasta el Nuevo Testamento.

Busque en sus Biblias Colosenses 1:26-27.
“A saber, el misterio escondido desde los siglos y generaciones y que ahora ha sido manifestado a sus santos, a los cuales quiso Dios hacer notorias las riquezas de la gloria de este misterio en los gentiles; que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria.”

Estos versículos nos dicen que este misterio incluye las riquezas de la gloria así podamos entenderlo. Ese es mi propósito hoy para ayudarles a entender este misterio para abrirles las riquezas de la gloria de Cristo a ustedes.
En el Antiguo Testamento los creyentes de Dios funcionaban en una manera diferente que los creyentes hoy en día. Cuando pensamos acerca de Moisés y David del Antiguo Testamento los grandes milagros que experimentaron vienen a la mente….el partir del mar rojo, el agua de la roca, la gran victoria sobre el gigante Goliat. Estos eran los milagros grandes de Dios por medio de los creyentes de esos días. ¿Cuándo fue la última vez que usted experimentó el milagro del partir el mar rojo, u obtuvo el agua de una roca, o mató un gigante? ¿No? ¿Ustedes no han experimentado estas cosas?
Busquen en sus Biblias Juan 14:12.
“De cierto, de cierto os digo; El que en mí cree, las obras que yo hago también él las hará; y mayores que éstas hará; porque yo voy al Padre.”

Jesucristo nos dijo que el creyente de la época de la iglesia hará las cosas más grandes que aún Jesucristo hizo. La clave de las cosas más grandes es este misterio de Cristo dentro del creyente.

En los días del Antiguo Testamento, el creyente no tenía la presencia de Cristo dentro de su cuerpo. Solamente tenía la presencia del Espíritu Santo alrededor de él para ungirle para hacer una acción que Dios querría. Así Moisés hizo los milagros que leemos en el libro de Éxodo y David mató a Goliat.

Busque en sus Biblias Hebreos 8:6.
“Mas ahora tanto mejor ministerio es el suyo, cuanto de un mejor testamento es Mediador, el cual es hecho de mejores promesas.”

Ahora en esta época de la iglesia tenemos las mejor promesas por medio del mejor pacto en la sangre de Jesucristo. En otras palabras somos más bendecidos que los creyentes del Antiguo Testamento. Tenemos más ayuda que los creyentes del Antiguo Testamento. ¿En cuál manera somos más bendecidos?

Cuando la persona recibe a Jesucristo en el corazón, toda la trinidad de Dios entra en su vida. Tiene el acceso inmediato a Dios el Padre por la oración, tiene el perdón de Cristo para los pecados arrepentidos, y tiene el poder del Espíritu Santo para ayudarle y para guiarle.
Es el Espíritu Santo que da el poder al creyente para autorizarle para hacer los milagros de Dios. Es el Espíritu Santo dentro del creyente que hace la diferencia entre el creyente del Antiguo Testamento y el creyente de hoy en día. ¿Cuánto poder es eso?

Romanos 8:11 nos dice que el poder del Espíritu Santo resucitó a Jesucristo de entre los muertos y eso es el poder que vive en el creyente.

Como un creyente en Jesucristo, usted debe experimentar este poder en su vida. Si usted dice que no experimenta este poder, quiero darles las llaves para abrirlo a causa que es su herencia en Jesucristo.
Busque en sus Biblias Gálatas 2:20.
“Con Cristo estoy juntamente colgado en el madero, y vivo, no ya yo, sino vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo por la fe del Hijo de Dios, el cual me amó, y se entregó a sí mismo por mí.”

Este versículo es mi favorito y el tema de mi vida. Diariamente trato de cambiar mi vida con la de Cristo para permitirle a Cristo vivir por medio de mí. Para hacer este cambio usted debe permitir el poder de Dios para funciona por medio de usted. Note que en este versículo este cambio se hace por la fe.

Cuando siento el enojo, el celo, y la herida, inmediatamente cambio mis sentimientos por los sentimientos de Cristo. Los sentimientos de Cristo son la paz y el amor y todo el fruto del Espíritu Santo encontrado en Gálatas capítulo cinco, versículos veintidós y veintitrés. Este cambio me da el poder para vencer la naturaleza de la carne. Este poder me ayuda para caminar en el Espíritu Santo a causa que considero que la naturaleza de la carne de Joyce está muerta con Cristo en la cruz. A causa que estoy crucificada con Cristo, me digo a mí misma que no tengo los sentimientos de la carne. Una persona muerta no tiene ningún sentimiento. En lugar estoy viva con Cristo, el Padre, y el Espíritu Santo que viven en mí. Por lo tanto, por la fe puedo expresar los sentimientos del fruto del Espíritu Santo. No he logrado la perfección en esto, pero es el tema de mi vida.

Este cambio de Gálatas 2:20 le da el poder de la trinidad santa en su vida para hacer la obra milagrosa de Dios por la fe. ¿Quiere usted más poder de Dios en su vida? Haga el cambio diariamente por la fe.

¿Qué hemos aprendido acerca este misterio de Cristo en nosotros?
Debemos saber que el poder de la Trinidad Santa vive dentro de nosotros. Es un pensamiento asombroso esto.  Este poder funciona por la fe y opera solamente cuando cambiamos nuestra vida por la de Cristo. Este cambio es la fuente del poder de Dios. Yo les desafío para morir a su propia vida y permitir a Cristo vivir por medio de ustedes. En otras palabras, la Biblia habla acerca de este cambio cuando nos dice que tomemos nuestra cruz para morir a nuestros propios deseos. ¿Por qué es importante?

El Espíritu Santo debe tener control sobre su vida. Si usted tiene el control, el Espíritu Santo no viola su voluntad libre. Dios tiene cosas grandes que quiere hacer por medio de usted. Haga este cambio para permitirle al Espíritu Santo vivir por medio de usted. Dios les bendiga.

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